Es un pieza corta de danza y música en directo inspirada en el libro "La guerra no tiene rostro de mujer" de la escritora Premio Nobel Svetlana Alexievich, pone en escena a una mujer vestida de hombre que interroga a otras mujeres del público, dándoles voz, haciéndoles sentir importantes. Incluye una versión de la canción La llorona, popularizada por la cantante Chavela Vargas haciendo hincapié en el lado humano y sensible de lo femenino para acabar con un regalo en positivo y optimista que nos lleva a percibir que todo en este mundo está en un proceso de cambio continuo.
”Vivo sola. No tengo a nadie en este mundo.
Te agradezco que hayas venido a verme»
La pieza mantiene una relación muy íntima, especial y mágica con el público. Crea un ambiente en el que todas las espectadoras se sienten inmersas, con una conexión «real» con lo que está sucediendo, que deja un mensaje sobre la feminidad resonando en sus miradas.